domingo, 25 de abril de 2021

El espacio en blanco

El espacio en blanco

No me gustan los espacios en blanco, ni en los textos ni en la vida. Siempre me consideré una escapista de ellos, sabía qué decir y qué escribir, lo hacía con fluidez y nunca me "quedaba en blanco". Las hojas vacías en los textos me ponen nerviosa, me dan la sensación de que algo no se alcanzó a hacer, ¿faltó tiempo? ¿sobró papel?

Y aquí estoy, frente a las páginas en blanco de un informe de investigación, varios artículos pendientes, ponencias comprometidas con fechas límite que acechan. Estoy en blanco frente a los correos electrónicos por escribir, los reportes de implementación de políticas, los planes de acción, las actas y las respuestas a los derechos de petición. Me "quedo en blanco" cuando me preguntan cómo me siento, no sé cómo explicarlo. Me he quedado sin palabras, ya no fluyen. Es como si estuvieran atascadas en mi cerebro pero no pudieran salir por mi garganta ni a través de mis dedos en un teclado, el embudo se cerró. El vacío crece en las páginas y en la vida.

Mi situación actual es también un gran espacio en blanco. Luego de 3 años terribles para mi ánimo, mis planes y mi autoestima, por fin empiezo a estabilizar mi situación: un trabajo que promete estabilidad, volver a tener una habitación propia, recuperarme física y mentalmente. Sé que me encamino nuevamente hacia la realización de mi proyecto de maternidad, vuelve a hacerse posible, pero ¿y mientras tanto qué hago? ¿de qué me sostengo?. Camino hacia ello, sí, pero sigue pareciendo lejos, difícil, frágil. Hacia atrás duele, hacia adelante asusta, y en el medio estoy yo, sin palabras, en blanco. Todavía no puedo salir a comprar ropa de maternidad, pero tampoco me siento ya como la madre rota que fue incapaz de sostener la vida en su vientre. 

¿En qué me convierte eso? ¿Qué estatus me da? ¿Qué historia debo contar cuando me preguntan por mis planes? Pocas personas me hablan de ello, creo que la mayoría tiene miedo de preguntar y yo tengo miedo de responder algo que genere una reacción con la que luego no podamos lidiar. A veces me sorprendo a mí misma gritando -casi literalmente- mis historia en contextos laborales, mientras que callo lo que siento en espacios más íntimos. 

Cuando estaba escribiendo mi tesis doctoral me frustraba mucho tener ideas dispersas que no lograba ubicar en los párrafos, ni siquiera sabía en capítulos iban. Yo tenía todas las fichas del rompecabezas: los argumentos, las fuentes, las citas, la teoría; pero no lograba encadenarlas. Luego escribía algunas cosas y al final de la jornada de trabajo borraba todo. Ahora me siento un poco así: me he preparado tanto, he depurado mis decisiones frente a la maternidad que deseo, tengo el amor y los recursos emocionales para recibir a mi bebé; y sin embargo, aún no puedo, lo puedo querer con toda mi alma pero es una página que se me borra una y otra vez. Cuanto más avanzo más páginas faltan para terminar. 

Hace unos meses establecí un ritual para ayudarme a mantener la ilusión vívida: cada mes traigo a mi casa algo para mi bebé. Nada muy pretensioso, sólo una prenda linda, un juguetico tierno, un cuento, un adorno para su habitación. He ido conformando una pequeña caja de objetos que denomino "el lugar de la esperanza". Todavía me siento incapaz de compartirles una foto, pero es dulce y me mantiene un poco cuerda cuando las palabras se convierten en lágrimas y retrocedo a lo más difícil de mis duelos. 

Hubo una época en la que producía artículos, ensayos y ponencias con una facilidad que ahora me parece hasta sospechosa. También fueron tiempos en los que escribía poemas y cuentos para mi hij@, soñando con que algún día le podría compilar el libro más precioso: la crónica del viaje que emprendí para encontrarle. 

Aquí estoy ahora, con el blog en silencio durante meses, la vida atascada en una pausa pandémica que nos arrancó las pocas posibilidades de planear que quedaban, los textos académicos pendientes en mi imposibilidad de volver a creerme capaz de decir algo, los poemas del pollito suspendidos en un eterno "algún día".