martes, 13 de agosto de 2019

10 lecciones y 10 canciones de mi primer año como mamá de un Lucerito

10 lecciones y 10 canciones 
de mi primer año como mamá 
de un Lucerito

Hace días vengo dándole vueltas a esta entrada del blog. No podía dejar pasar el primer aniversario de la partida de mi Lucerito sin decir nada por estos lares. Pero, al mismo tiempo, tengo tanto para decir que no sabía cómo hacer para comunicarlo. Escribí tres versiones distintas y al final me quedé con esta, voy a intentar contarles algunas cosas que me han ocurrido en estos meses y lo que he aprendido de ellas. Creo que muchas mujeres habrán pasado por situaciones similares y a mí me ha ayudado mucho leer en blogs, páginas web, trinos de Twitter, historias de Instagram, testimonios con los cuales he podido decir "vaya, no soy la única que se ha sentido así". Este es también un homenaje a mi Lucerito, una serenata para él, para mí, para las mamás y familias que nos acompañamos en este camino. Aquí van mis 10 lecciones, acompañadas de 10 canciones que me han marcado en este proceso:

Lección 1: era en abril
Si hay una canción que describe el duelo gestacional y perinatal, es esta. Una canción que habla sobre el dolor y el sentimiento de que la vida ha quedado vacía: "Era en abril el ritmo tibio de mi chiquito que danzaba, dentro del vientre, un prado en flor, era su lecho, y el ombligo y el ombligo el sol"; de que se ha fracasado como canal de la vida. Con la pérdida gestacional, la culpa es muy grande, porque se siente como si el cuerpo no fuera capaz de hacer algo para lo cual fue creado con perfección por la naturaleza. Aunque el embarazo de Lucerito fue una gran noticia, porque significaba que sí podía concebir, perderlo sembró en mí el temor de no ser capaz de de gestar. Y hasta el día de hoy lidio con ese miedo a diario. Pero también me ha hecho descubrirme como mujer-madre, como merecedora de la vida y del amor.

Ana Belén y Juan Carlos Baglietto - Era en abril

Lección 2: los sueños se rompen de golpe
Dice la canción de Nena Daconte: "Dime quién vendrá a ocupar su lugar, por qué mis sueños se rompen de golpe". Esa era mi pregunta durante los días en los que estaban sangrando mi útero y mi corazón. No podía creer que una sueño tan perseguido durante años, se me fuera de las manos apenas unos días después de saberlo posible. Desde entonces y hasta ahora, he sentido como si la vida se riera de mí y de mi alegría efímera. Nunca más he vuelto a soñar con la ingenuidad de antes. Ahora, cada plan, cada esperanza, cada nuevo impulso está lleno de miedos y precauciones: las madres en duelo perdemos esa inocencia de la maternidad. Aprendí que no basta con desear algo con todas las fuerzas, ni creer que se está preparado y que se merece. Puede no ocurrir, puede salir muy mal. Los hijos se mueren, la vida no siempre triunfa. Sin embargo, lo único que nos queda es seguir soñando, seguir manteniendo la ilusión. Descubrir que lo que de verdad se anhela no puede sernos arrebatado.

Nena Daconte - En qué estrella estará

Lección 3: hasta la raíz
Mi hijo habría nacido cerca del 28 de marzo y esta canción siempre me ha hecho pensar en él. Por aquellas casualidades de la vida, mi grado de doctorado fue aquel día, el mismo en que habría tenido que nacer. Durante semanas peleé con esa fecha y con la coincidencia, que me parecía otra mala broma de la vida. Pero tal vez, esa fue la primera vez que pensé en la importancia de las fechas y de los homenajes. Intenté no estar triste pero era imposible, aunque lo que sentía era una cierta nostalgia profundamente amorosa. Su presencia fue tan inmensa aquel día, que sentí que celebraba conmigo. Le agradecí por haberme dado el impulso que necesitaba para terminar ese ciclo. Había soñado con recibir mi diploma embarazada o con un bebé en brazos, pero en cambio lo recibí con un bebé en el corazón, y fue entonces cuando entendí que estaría conmigo para siempre: "Yo te llevo dentro, hasta a raíz, y por más que crezca vas a estar aquí". 

Natalia Lafourcade - Hasta la raíz

Lección 4: el eco de su luz
Tal vez esta fue la mayor lección espiritual que haya recibido en mi vida. Esa certeza de que un ser puede estar conectado a otro ser por siempre, independientemente de la cercanía física, ese es un misterio del universo. Confieso que al principio me pareció muy improbable que nuestro vínculo perdurara, pero con el tiempo fui entendiendo que no solo era irrompible, sino que era tan potente y tan misterioso, que no tenía caso pensarlo. Aprendí a sentirlo dentro del corazón, pero también a verlo en las expresiones del llanto, de la risa, del abrazo, del aroma dulce, de la luz del cielo: "solo cierra los ojitos, y abre el corazón sin miedo, la risa que adentro baila amor, es el eco de su luz". 

Julián Bozzo y María Rozalén - Eco de su luz

Lección 5: estrella de mi vida
"Paloma blanca, pasaste tan cerca de mi ventana, que revolviste todo con tus alas, me despeinaste entera todo el alma": eso fue mi Lucerito, un suspiro que pasó por mi vida poniendo todo de cabeza, sacudiendo mis certezas, cambiando mis prioridades y mis ideas sobre la vida para siempre. Estuvo tan cerquita de mí que vislumbré todo el futuro que quería para el/ella, pero luego alzó vuelo y me quedé mirando como partía, sintiendo que no lo había recibido a tiempo, que no había sabido como mantenerlo en mi nido, que quizás lo había asustado. Con el tiempo he empezado a entender que nada de eso tiene lógica. Que su visita era eso, un soplo de vida convertido en tornado, esa era su misión, ponerme la vida al revés para que aprendiera tantas cosas.

La Oreja De Van Gogh - Paloma Blanca

Lección 6: razón de vivir
Cuando perdí el embarazo, estaban ocurriendo muchas cosas en mi vida: tenía que sustentar mi tesis doctoral en medio de muchos problemas académicos y burocráticos, conseguir trabajo, mudarme de casa. Me sentía abrumada y pasar por ese túnel de la pérdida fue demoledor. Creo que mi reacción fue ponerme rápidamente en "piloto automático", ocuparme de las cosas urgentes y seguir la vida. Cuando la marea bajó un poco, sentí como si una lápida cayera sobre mí. En cierto punto todo perdió sentido, todo se volvió imposible, inútil, superfluo. Los últimos meses han sido un largo camino de redescubrir que la vida continúa: "para continuar caminando al sol por estos desiertos, para recalcar que estoy vivo en medio de tantos muertos". Tener que despedirme de mi amado Lucerito me hizo reformular mi propia escala del sufrimiento. También me enseñó que si algo merece ser atesorado, eso es la vida.

Mercedes Sosa con Lila Downs - Razón de Vivir 

Lección 7: siempre me quedará
A pesar de lo mucho que me dolió su perderlo, Lucerito ha sido siempre un recuerdo dulce. Los tres días en los que fui consciente de su presencia en mí, fueron tan felices que no los olvidaré jamás. Siempre que los recuerdo, me conmueve pensar en la dicha que ese ser trajo a mi vida y a la de otros, ver la genuina felicidad de los amigos y las amigas, la ilusión, los sueños conjuntos. Sentirme merecedora del cariño, de los mimos, de las celebraciones, esa era una lección que necesitaba aprender en aquel momento, tan golpeada como estaba por otras historias de mi vida. Entender el dolor propio y el ajeno ha sido, quizás, lo más difícil de estos meses, entender los silencios y las ausencias, respetar mi propia distancia y la de otros, perdonar lo que ha dolido. Cuando todo esto me agobia trato de recordar esa dulzura con que le hablé por primera vez a ese pequeñito ser que ya habitaba mi vientre, y esa ternura es la que me abriga el alma: "Me guardo tu recuerdo, como el mejor secreto, que dulce fue tenerte dentro".

Siempre me quedará - Bebe

Lección 8: te veo en las estrellas
Todas las noches, te veo en las estrellas. "I see you in all of the stars, shine brightly right into our hearts, I look at the night sky above and wonder can you feel my love". Aprendí a volver triste a mi casa casi todas las noches, con esa nostalgia de no tenerlo conmigo, con la angustia de haber perdido mucho, de haber caído muy profundo, de estar perdiendo la esperanza. Pero siempre miro al cielo y recuerdo que hay un sueño, que fue la manera que encontró la vida de hacerme más fuerte, de mostrarme que no estoy sola, que tengo que resolver muchas cosas para tenerlo conmigo. Miro al cielo y lo busco, amo su nombre y le digo "gracias" por estar cuidándome desde algún lugar. Todo aquello que antes me daba miedo, ya no lo hace más. Mis miedos ahora son otros, pero mi fuerza también proviene de un lugar diferente ahora. Tal vez es esa certeza de que nada va a doler más, o de que esto puede volver a ocurrir, lo que hace que arriesgarse tenga un nuevo sentido. 

Winter Bear - Coby Grant

Lección 9: como el árbol talado que retoño
Los primeros días después del aborto, tenía en mente una idea espantosa: "si a mí me vuelve a pasar esto, con otro embarazo, me muero". Creo que por primera vez me planteé la posibilidad de renunciar a mi sueño de ser madre, estaba aterrada. Creo que todavía lo estoy, pero la diferencia es que ahora sé que no me moriré, aún sabiendo, como lo sé cada día con más certeza, que esto puede volver a ocurrir, una o varias veces, o puede no volver a pasar; ahora sé que puedo sobrevivir a este dolor y que mi sueño es más fuerte que la muerte. Pensar en un embarazo arcoiris fue mi salvación durante muchos meses; desde la cautela y la paciencia, que tanto me cuestan, ahora siento, en lo profundo de mi corazón y de mi útero, que algún día: "retoñarán aladas de savia sin otoño, reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. Porque soy como el árbol talado que retoño: aún tengo la vida". 

Para la libertad - Miguel Hernandez por Joan Manuel Serrat

Lección 10: llévame en tus alas
Uno de los himnos de nuestra historia, la de Lucerito de yo. "Yo mirando arriba, tú un pájaro en vuelo. Yo anhelando estrellas y tú un lucero. Tú siguiendo el mar, yo buscando un sueño. ¡Mira nada más dónde nos venimos a encontrar!" Así iba yo por la vida, buscando un sueño que ya estaba dentro de mí. Un Lucero me encontró en el lugar que nunca pensé visitar: el del duelo. Nunca imaginé este escenario en mi soñada, terca y rebelde maternidad. No escogería nunca esta experiencia para mí ni para nadie, sin duda alguna preferiría haber transitado otro camino, haber tenido una historia diferente y con un final feliz para contar en este blog. Pero aquí estamos, Lucerito y yo, descubriendo este universo de encuentros, solidaridades, maternidades diferentes, llantos, sonrisas, esperanzas y temores. Conocer las personas que he conocido en este camino, escribir lo que he podido compartirles aquí y en otros espacios, hablar desde el corazón, son los regalos del vuelo que mi hijo y yo emprendimos hace más de una año ya. 

Marta Gómez - Llévame en tus alas

Gracias Lucero, por regalarme aquellos 3 días tan felices y por este año de aprendizaje, dulzura y amor. Te quiero con todo mi ser.